En situaciones de lluvias extraordinarias, tanto por su magnitud como por
su intensidad, las características de la Isla (orografía, geología, edafología,
etc.) unido a la presión urbanística sobre el territorio favorecen las avenidas
o crecidas repentinas de los caudales circulantes. La mayor parte de los daños
debidos a este fenómeno se producen a causa de la velocidad del agua y los
arrastres que moviliza.
Características de las avenidas de Tenerife.
La orografía, la climatología y la geología de Tenerife configuran un
conjunto de características territoriales que conducen a un régimen de avenidas
notable tanto por la importancia y la frecuencia de las catástrofes asociadas
con este fenómeno como por la circunstancia de que la mayor parte de los daños
no se deducen del hecho de que se generen grandes superficies inundadas en las
vegas de los cauces - localizadas sólo en determinados lugares de la isla -
sino a causa de la velocidad del agua y los arrastres que moviliza.
Por otra parte, la isla de Tenerife registra la mayor altura de España, con
una red de cauces de longitudes muy cortas, como mucho de algunas decenas de
kilómetros. En Tenerife conviven una densidad de población superior a los 1.000
habitantes por km² y unas cuencas y cauces de una gran pendiente en los que la
velocidad del agua es una fuente de daños mayor que el calado que alcanza.
Adicionalmente, y también en oposición a la mayoría las zonas de montaña
continentales europeas, la geología volcánica conduce a una gran capacidad de
infiltración del agua de lluvia y, como consecuencia, a que los barrancos estén
secos durante temporadas muy largas, superiores a varios años.
A causa de ello, es fácil que la población olvide las riadas e invada esta
red con construcciones permanentes o considere desmesurado el tamaño de las
obras de drenaje que serían necesarias para garantizar, frente a cualquier
evento, el paso de los caudales de crecida. En este mismo sentido, no es fácil
justificar inversiones que se movilizan en una cantidad limitada de ocasiones y
que el resto del tiempo permanecían ociosas.
Además, es probable que las características adversas de la climatología
empeoren como consecuencia del “cambio climático”.
Por todo ello, las avenidas en la isla de Tenerife configuran un problema
complejo, incrementado por una presión urbanística que cada día es mayor.
El PDA ha elaborado Diagnósticos Parciales de la situación de la isla
atendiendo a la gravedad del riesgo, a la causa inmediata del daño, al tipo de
bien o servicio afectado y a las medidas correctoras.
En estos análisis se han obtenido diferentes gráficos que permiten
pronosticar el nivel de riesgo el riesgo según pendientes de ladera y de las calles
situadas en las mismas.
Partiendo de los diagnósticos parciales desarrollados en los apartados
anteriores se plantea en éste un conjunto de conclusiones de carácter general (diagnóstico
general ), a partir de las cuales se han podido plantear las actuaciones que se
proponen como resultados del trabajo realizado en el desarrollo del PDA.
Para la solución de los problemas que plantean las avenidas en Tenerife y
para evitar que estos problemas aumenten en el futuro, se ha tratado de asociar
cada una de estas conclusiones con los diferentes tipos o clases de
actuaciones.
Las conclusiones de este diagnóstico general son las siguientes:
- Las avenidas en Tenerife constituyen un problema importante desde el punto de vista de su repercusión socioeconómica, claramente por encima de la media nacional.
- Existe un número muy importante de situaciones en las que se ha detectado un riesgo grave o muy grave de daños por inundación que es necesario corregir.
- El origen principal de la situación actual se deriva, en primer término, de las características específicas del territorio, fundamentalmente de la pendiente y del comportamiento hidrológico.
- La tendencia futura, será de un empeoramiento del problema, incrementando el riesgo potencial, si no se asumen de forma generalizada las medidas correctoras.
- Las causas principales de los riesgos más importantes, tanto en los cauces como en el resto del territorio, se deben al incumplimiento de la actual normativa así como la falta de una normativa más específica, además la insuficiencia de medios de vigilancia y de penalización de este incumplimiento.
Conclusión
En el
barranco de Santos puede haber un pequeño cauce de agua debido a las lluvias
continuas que se suelen dar en La Laguna y en las cumbres de Anaga, ya que es
una zona con grandes precipitaciones y humedad en todo el año.
Pero en
ocasiones, se suceden fuertes e intensas precipitaciones que descargan en un
día grandes cantidades de agua que ocasionan el “corrimiento” del barranco,
llegando incluso a inundar las zonas aledañas, y lo peor es que la frecuencia
de estos sucesos es de menos de una vez cada dos años.
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